En casa...

Abrí la puerta de casa cargada con las bolsas de la compra. De nuevo había ido sola a comprar... y eso que ocnvivía con alguien.
-Ya estoy en casa!
Dejé las llaves en el mueble delrecibidor y fui a la cocina.

Estaba tirado en el sofá, con la televisión encendida, pero a penas la miraba... estaba absorto en mis pensamientos. Aún, cuando cerraba los ojos, veía las llamas y oía los gritos. Sacudí la cabeza, oí como Alice entraba por la puerta.
-Bien por ti...-La saludé, con voz monocorde.

Salí de la cocina y observé a Ender tumbado en el sofá.
-Estoy muy bien gracias, y no, no te preocupes, puedo con las bolsas.
Dije, enfurruñada.
-Ya podrías moverte...

Alcé levemente la cabeza y la miré, parecía algo enfadad, pero en fin... ya todo me daba igual.
-Ya me muevo...-Dije, con pesadez.

-Sí, ya lo veo...
Dije, pero en el fondo estaba preocupada. Me acerqué al sofá y me senté, haciendome hueco.
-¿Quieres que te prepare algo de cenar?
Pregunté, acariciándole la cara.

-No tengo hambre.-Contesté, apartando su mano de mi rostro, sabía lo que pasaba siempre que se ponía mimosa.-Creo que me iré a dar una vuelta...-Me levanté, necesitaba tomar aire o al menos, dejar de pensar en según que cosas... sí, quizá me emborrachara en cualquier bareto de moteros, sucio y lleno de conflictos.

Suspiré.
-Ender... no puedes seguir así, tienes que superarlo, ya han pasado cuatro años.
Dije preocupada, me dolía verle así... quizá yo pudiera llenar el vacío... si me dejaba.

Me giré para mirarla.
-¿SUPERARLO?-Grité, ella no entendía cómo dolía aquella cicatríz de autoculpa que tenía en el pecho, justo en el lugar donde staba mi corazón.-Jamás voy a poder superarlo... Nikki... yo... déjame en paz.-Me acerqué a mi chaqueta, me la puse y me dirigí a la puerta.

Observé con impotencia la escena.
-Ender, espera!No te vayas así...
Dije.
-Quiero ayudarte...

Me paré, pero no me volví.
-¿Quieres ayudarme?-Pregunté, conteniendo la ira.-Pues déjame en paz un rato.-Abrí la puerta y salí por ella dando portazo.

Suspiré, me dolía verle así. Me levanté del sofá y me puse a colocar la compra, tenía trabajo que hacer... y me tenía que pasar por la oficina. Esperaba que Ender no la liara ni que hiciera cosas sin pensar.

La lluvía me había empapado, y aunque me hubiera gustado poder calentar mi ropa con las llamas, pasaba... no solía utilizarlas mucho desde el accidente. Entré en la casa, si Alice staba dormida, esperaba no despertarla.
-¿Hola?-Pregunté, quitándome los zapatos empapados y la cazadora.

Estaba en el salón viendo la televisión, cuan él salía yo lo pasaba fatal esperándole. Oí la puerta.
-Ender!
Me levanté de un salto y fui al recibidor, iba en shorts y una de las camisetas viejas de Ender.

No sabía si estaría enfadada o no...así que solo sonreí, terminando de quitarme la ropa y quedandome en boxers. Se veían los tatuajes que me había hecho a lo largo de mis años.

Le miré, entre preocupada y triste.
Tras sonreírme y ver que estaba de una pieza, no pude contenerme y le abrac´.
-Estaba muy preocupada por ti, Andrew...
Susurré, apoyandome en su hombro.

Suspiré, recibiendo su abrazo.
-No deberías, y lo sabes.-Me quejé.-No lo merezco...-Y era verdad, era un estúpido por no poder corresponderla, por despreciar su amor.

Me abracé más fuerte a él, estaba calentito y se agradecía
-Yo... quiero preocuparme por ti...
Murmuré y le besé.

Me aparté de su beso incómodo.
-Alice... estoy cansado y quiero ponerme ropa.-Dije, para excusarme.-Es tarde y mañana trabajas...-Entré por el salón y cogí unos pantalones de la ropa para planchar.

Me mordí el labio inferior.
-¿Quieres que te prepare algo de comer?
Pregunté, dirigiéndome a la cocina.

-Si no es molestia... tengo que decir que no he cenado.-Contesté siguiéndola a la cocina. Me senté sobre la encimera.-Algo rápido... ¿no?