Bar con la quinta

No tengas miedo-Me concentró y paso mi mano en su frente. Su sombra se adhiere a mi mano. Con tranquilidad la muevo, para que vea el mundo desde el espíritu por así decirlo. Me levanto y abro la ventana y hago que vea la ciudad a sus pies. Luego devuelvo la sombra a su cuerpo-Es lo más bonito que hace mi poder.

Cuando vuelve a ponerme la sombra me siento extraño.
-Joder...-Digo, sintiendo un escalofrío.-Esta bien, he de admitirlo.-Sonrío.

Bueno, sino devuelvo tu sombra mueres-Digo con toda la tranquilidad del mundo-Aunque tranquilo, no soy tan mala.

-Es práctico el poder.-Comenté, y me levanté de la cama buscando mi ropa.-Seguro que has matado a unos cuantos con él.

Me quedo parada sin saber que contestar-Odio mi poder, no sabes lo horrible que es quedarte con una sombra-Digo asqueada, recordando la parte de mi padre que aún tengo.

Me quedo callado.
-Sí, supongo que si...-Murmuro, sin entusiamos.

Le doy un beso apasionado-Gracias por esta noche, ha sido una buena despedida-Digo mirando una maleta que tengo hecha.

Sonrío.
-Sí, lo hemos pasado bien.-Digo.- ¿Te vas a algún sitio?-Pregunto mirando la maleta.

A casa, me vuelvo a Alemania. Tengo un compromiso-Digo eludiendo la palabra matrimonio.

-Ah, no sabía que eras alemana... bueno, la verdad es que sé poco de ti.-Comento, riendo.-Pero los compromisos, son los compromisos.

Me empiezo a reír con diversión-No soy alemana, soy americana. Pero he pasado parte de mi adolescencia en Alemania y allí era muy feliz-Confieso-Nueva York nunca ha terminado a gustarme.

-La ciudad es una mierda, para que mentirnos.-Comenté, pensando en los barrios chatarreros y esas cosas malas.-Ya decía yo que tu acento muy Herr no era.-Dije, divertido.

No, no tengo acento de ninguna parte-Comenté-Hablar varios idiomas es lo que tiene. En fin , creo que debería de llevarte a casa, es tarde.

-No te preocupes, puedo volver solo.-Comenté, sonriendo.-Así de paso hago unos recados...-Me levanté y terminé de vestirme.

Como quieras, aunque te pierdes un viaje en moto-Le guiño un ojo y le acompaño hasta la puerta-Para salir de este barrio sin que te roben, vete todo recto y luego a la derecha. Del callejón sales a una calle principal.

Sonrío divertido por lo qu me dice.
-¿Qué me roben a mí?-Pregunté alzando una ceja.- ¡Pero que chispa tienes! Antes de que pudiera decirme algo, ardería rápidamente... ¿no crees?-Y río.-Gracias por la noche, lo he pasado muy bien... si te aburres en Alemania y decides volver, llámame... podríamos volver a pasarlo bien.

No todos los vagabundos que hay aquí son normales. Los barrios bajos tienen sus secretos. He de confesarte algo, me has dado una buena despedida de soltera- Miro esperando su reacción.

Me quedé callado.
-Entonces... el compromiso era... vale...-Tampoco sabía qué decir. Sonreí.-Bueno, cuando te canses o quieras hacer cosas adulteras, sigues pudiendo llamarme, no soy celoso.-Le guiñé un ojo.

Me quedé sorprendida por su reacción-Eres encantador, pero espero que mi matrimonio duere algo, aunque siempre acabamos peleados-Dije divertida-Si vieras lo pequeño que es y como chilla-Dije acordándome de su cara.

Sonreí.
-Lo dicho, no soy celoso. Bueno me voy largando, cuidate y esas cosas...-No sabía cómo despedirme.-Supongo que esto es un hasta luego, ¿no?

Me quedo sin saber que hacer tampoco-Claro, nos volvermos a ver.

Asentí con la cabeza.
-Pues hasta aquí llegamos...-Sonreí.-Que te vaya bien.-Me puse la chaqueta y me nlargué sin poder evitar sonreír.